sábado, 7 de abril de 2007

Artículo: La Familia en la Educación Preescolar”

Si aceptamos que la educación no comienza cuando entramos al Jardín o colegio, en donde los profesores(as), para muchos, pasan a ser los(as) responsable de lo que aprenden los niños, podremos hacer mucho más por el desarrollo intelectual de nuestros hijos, hermanos y sobrinos pequeños, los cuales todavía no han ingresado a la educación formal.

Me parece que para muchos padres, es más fácil culpar a los docentes del bajo rendimiento que tienen sus hijos cuando comienzan a asistir al colegio, desvalorizando su desempeño como educador. Sin darse cuenta que la culpa de este fracaso se debe a la poca motivación que ellos les han entregado a sus hijos.

A mi parecer, mientras los padres no se den cuenta que la familia es la primera escuela del niño y que son ellos mismos los primeros educadores de sus hijos, no se observarán resultados positivos durante sus inicios a la educación formal, complicando el proceso educativo en los posteriores años de escolaridad. Es por esto que siempre debemos tener presente que la educación, principalmente durante los primero seis años de vida, es una tarea particular de cada familia, en donde los miembros de esta, principalmente la madre o padre, deben cuestionarse y a la vez buscar respuestas en cómo educar a sus hijos, cómo son sus prácticas educativas y descubrir si éstas son las más adecuadas dadas las características y singularidad de los más pequeños del hogar, es por esto que L.S. Vigotsky considera este periodo como sensitivo , esencial para la formación de las mismos

Creo y sostengo que la estimulación es uno de los procesos fundamentales para el logro de los aprendizajes posteriores durante la educación formal, basta señalar, entre otros, a J. A. Comenius (1592-1670) que subrayó el papel de la Escuela Materna, como primera etapa de la educación, que ocupa los primeros seis años de la vida del niño, considerados por él como un período de intenso crecimiento físico y de desarrollo de los órganos de los sentidos y a E. Pestalozzi (1746-1827) que, en su propuesta de educación para el desarrollo armónico del niño: físico, intelectual, moral y laboral defendió como mejor y principal educador a la madre para las cuales escribió un manual “Libro para las Madres” o “Guía para las Madres” en el cual orientaba como desarrollar la observación y el lenguaje de sus hijos menores.

Pero ¿qué es lo que creen los padres con respecto a la educación de sus hijos?, ¿sabrán que también existe la educación informal, pero no por el hecho de ser informal es menos importante?, si nos acercamos a un establecimiento educacional subvencionado, nos daremos cuenta que la mayoría de los fracasos escolares no son por el hecho de pertenecer aun nivel socioeconómica bajo, tampoco por los docentes que trabajan en el, sino , en la mayoría de los casos, esta responsabilidad recae en los padres, debido afirmaciones , que en forma no predeterminada estos hacen, creando en el menor una imagen negativa y deformada de la escuela y del profesor.

Concluyo que en todo momento, debemos tener presente que son muchas las tareas que se deben plantear los padres, como un deber en la preparación adecuada de sus hijos, para ese importante acontecimiento que es la entrada a la escuela. Sin embargo ningún padre, o pocos de ellos se dan cuenta que no se trata de un trabajo más, sino de una forma de dirigir y organizar toda la actividad educativa en la vida de la familia.

Tengamos siempre presente, luego de la entrada de los niños al colegio, que en la medida en que la institución se vincule a la familia, esta irá tendiendo un puente que posibilitará la vinculación de los padres a las actividades que ella convoque, no olvidando que los protagonistas de la educación son los padres, y la escuela es solo un actor secundario, que al fin de cuenta se complementan asiendo que el aprendizaje de los niños sea cada vez más significativo a través de un trabajo que resulte atractivo e interesante, y a la vez incorporar responsabilidades en ellos, teniendo siempre en cuenta en su aprendizaje el sentido del “deber”.

Valeria Valencia Fernández

Sábado 7 de abril

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